Cuando se planteaba el porqué de su equivocación encontraba fácil
el origen del error. El momento en que una mala decisión altero la apacible paz
en la que vivía, la tranquilidad que le rodeaba y esa bucólica pero agradable
sensación de felicidad. Aunque claro está, nunca supo que fue feliz hasta que
dejo de serlo. Casi a diario, muy frecuentemente, a cada instante, a cada foto,
repasaba las palabras que salieron de su boca y lo condujeron a un desfiladero
del que tristemente nunca habrá marcha atrás. Se quedó en la línea sin pisarla
y aunque a veces intento saltar el muro, nunca se atrevió realmente a intentar
escalarlo. Por eso opto por la vía fácil, la que todo el mundo tomo a diario,
la que el mismo tanto había rechazado, repudiado e insultado a la cara. Hizo
las maletas y se fue.
sábado, 29 de marzo de 2014
viernes, 28 de marzo de 2014
Siempre vuelvo a esperar
Me pasaban las tardes debajo de aquel olivo mirando hacia la
nada. Pensando cuando llegaría el momento en que todo estallara, en que el cielo
se llenara de humo negro que me dijera que seguía ardiendo. A veces
reflexionaba sobre los motivos y las consecuencias, sobre lo que pasa y lo que
no sucede, sobre lo que se va y ya nunca vuelve. La razón rara vez me
acompañaba a mi olivo y cuando lo hacía solo me llenaba la cabeza de pájaros
sin alas que no paraban de picotear dejándome casi inconsciente. Cuando estaba a
punto de anochecer me fumaba el verde y veía al humo marchar con el sol.
Todavía hoy, veo a mis miserias yéndose con él.
lunes, 24 de marzo de 2014
Observando el cenicero.
Me lo dijo desde el cenicero, que estaba harto de encerrarse
y consumirse. Rozaba tanto el carbonato de calcio que lo desgastó de tal manera
que se evaporó. Chilló tanto como Diego Rivera en el edificio Rockefeller,
aunque él no defendía nada más que lo poco que le quedaba, que no era más que
unas insípidas razones. Suplicó de manera angustiosa y melancólica que le
perdonaran, que estaba harto de entregarse de manera sistemática al
aburrimiento circular. De subidas y bajadas que acaban llamando a dios a través
de la taza del váter y observando cómo le salía de la boca lo que ya no
aguantaba en el pecho.
Acabo mirando a la desesperación, entre alguna que otra
puesta de sol y demasiadas soledades, preguntándose el por qué debajo de la
lluvia se veía todo más claro.
sábado, 22 de marzo de 2014
Los Conciencias
Promulga el amor verdadero, cuando lo más parecido que ha
vivido ha salido por la televisión. Utiliza el verso, la prosa y la fina
estructura manía y preestablecida que tan absurda y vacía resulta ahora. Alguna
vez me he preguntado si lo que dice lo llego a pensar, o mucho peor, si lo
llego a meditar. Un mundo lleno de conciencias superiores se me antoja demasiado
gracioso, demasiado patético, demasiado tuyo. Doble moral, doble conducta,
doble rasero… únicamente pura fachada.
Hace poco comenté con un amigo el papel tan incipiente y
creciente de los conciencias. Curioso la situación de los mismos, aquellos que
promulgan de cara a la galería un alarde muy superior de moral a los demás.
Esos que son los primeros en acordarse de los valores tradicionales cuando se
cae Whatsapp, que te incitan a relacionarte y prescindir de ese arma de
destrucción masiva que casualmente tiene más población suscrita que la mitad de
los estados del mundo. Aquellos que te “abren los ojos” durante los momentos
que el móvil se les queda sin batería, aunque no pueden salir sin el cargador
del mismo. Al fin y al cabo, fieles de Android, iOS, Windows y demás dominadores
del día a día de la mayoría del mundo, aunque los conciencias están por encima
de ellos cuando no los tienen entre las manos.
viernes, 21 de marzo de 2014
Lo primero de la primavera
Ahora no acierto a darme cuenta cual fue el momento en que
todo se fue. No me percaté de la última señal que nos llamaba la atención de
esa forma tan silenciosa. Tampoco de lo que decían las paredes cuando no paraban
de llorar verde. Fue tan yo, que me olvide de los demás y perdí la penúltima oportunidad
que tuve. Me enrede en eso que llaman fantasía y hoy día sigo perdido por sus
caminos. Algunos al darse cuenta de que no estaban preguntaron atónitos cual
era el motivo de mi ausencia, pobres ilusos que no veían más allá de sus cortos
anteojos. La mayoría perfectamente ordenada ni se dio cuenta. De todas formas,
uno más que menos, nunca importo demasiado.
martes, 18 de marzo de 2014
¿Cuánto cuesta mi amnistía?
Aunábamos lo mejor de nuestra generación en una mezcla
perfecta de rebeldía y formación. Las opiniones cambiaban tan rápido de lugar
que a veces era imposible seguirlas. Fluían por el Consejo saltando de uno en
otro, una verdadera cazuela de ideales cocidos a fuego lento. Planteábamos dudas
que ayudaban a darlos cuenta de lo paradójico de la escena aunque nadie era
verdaderamente capaz de solucionarlas. Se exprimía con tanta agudeza la razón
que los argumentos eran casi irrebatibles, sin tener que apelar a instancias
superiores. Toda esa armonía que conseguimos en meses de comunión consentida
fue rota a golpe de balas y porras. Luego recordé lo que decía Roberto Iniesta,
todos somos libres de hacer lo que queramos, vivimos en un país libre, pero ya sabéis
que no os vea nadie.
lunes, 17 de marzo de 2014
Dimes y Retes
Todo el mundo sabe que existe, siempre lo supieron, se
encargaron de que su existencia fuera conocida por todos. Contaron su historia tantísimas
veces que llego un momento en que todas la sabían de memoria, de hecho, algunos
exaltados comenzaron incluso a recitarlas. Era tal el fervor de todos con
tremenda epopeya que decidieron ponerla por papel, previniendo astutamente el
olvido colectivo. A algún listillo de tres al cuarto se le ocurrió que aquello podía
ser un chollo bien mirado, así que convirtió la historia en fe. Poco después
empezaron a instruir y enseñar su doctrina, hoy en día tienen de todo.
sábado, 15 de marzo de 2014
Post Imposible.
Siempre he coqueteado con la adicción. He rozado la cuchara
impregnada de heroína con tanto deseo que asustaría. He degustado con sumo
placer el dulce crujir de algo más que tabaco liado en papel. He sentido la
emoción de aquel que gana apostando y la hostia contra el suelo de cuando se
pierde todo. Me he caído del taburete implorando la última al camarero mientras
él apelaba a mi escondido sentido común.
Aunque nunca supe que era verdaderamente la adicción hasta
que topé contigo. Hasta que rocé cada parte de tu cuerpo y lo apreté contra el
mío sintiendo más que calor. Hasta que nos obligamos a luchar por llevar la
razón constantemente. Hasta que vivimos a la cuarta pregunta con la
interrogación como testigo de lujo. Hasta que te miré a los ojos.
viernes, 14 de marzo de 2014
Bienvenidos al mundo del entretenimiento televisivo.
Buenos días, hoy vengo dispuesto a contaros lo que queráis oír.
Da igual que sea o no real, que no lo piense o ni si quiera lo practique. Vengo
dispuesto a llenaros la cabeza de una felicidad que estáis más que
acostumbrados a recibir, esa que es efímera e instantánea. A llenaros de
colores y estímulos tan bien prefabricados que su único objetivo es que se os
caiga la baba, literalmente hablando. Muy parecida a la que os tragáis a diario
por la caja de basura que encendéis al llegar a casa. Os ofrezco hoy lo que
otros hacen a diario, os regalo un día de mentiras de esas que os coméis a
diario con una amplia sonrisa en la boca. Prensa rosa, desinformación, mundo del corazón,
analistas programados ideológicamente, debates de basura, anuncios de ensueño,
programas que ridiculizan al ser humano, otros que los estigmatizan, shows
vergonzosos al servicio de una plebe más que inculta...
Bienvenidos al mundo del entretenimiento televisivo.
jueves, 13 de marzo de 2014
Somos de Clase Obrera.
Era la noche más bonita del verano. El cielo estaba
totalmente raso y las estrellas danzaban tan rápido como los dedos en un solo
de Jimmy Hendrix. El barrio estaba en calma, como la mayoría de las noches de
verano, la gente abre las ventanas para que entre más calor. Somos un barrio
obrero, los aires acondicionados los vemos de lejos, en las casas de aquellos
que si tienen dinero. Pasábamos en la azotea del bloque, apoyados en el tejado observando
cómo se quitaban la vida aquellos que se la buscan de noche. Mirábamos atónitos
a los gladiadores que el sistema condenó a matarse para poder vivir. Nunca hablábamos
de las películas que nos tragábamos noche tras noche en la azotea, era
demasiado cruel el hecho de verlo. Aun así, no imponíamos la tarea de verlo, de
estar presente desde la distancia presenciando eso. Nuestro motivo era
sencillo, debíamos ser conscientes de lo que el sistema hacía con nuestra
clase, con gente que vivió en nuestros edificios, con gente que se crío con
nuestros hermanos, gente a la que obligó
a prostituirse y venderse. Simplemente nos generábamos conciencia de clase.
miércoles, 12 de marzo de 2014
Hoy más que nunca.
Estabas tan segura de ganar que cuando más atenta debías
estar, empezaste a descuidarte. Te envolviste en tu propia seguridad, ajena y
despreocupada a que quizás no era todo tan claro como tú lo veías. Dabas por
sentado una especie de contrato en el que yo cedía todo, ponía mi alma a tu
nombre y te entregaba la custodia de mí mismo. Estabas tan convencida de esa
realidad, que nunca viste más allá de aquella situación. A medida que avanzaba
nuestra extraña comedia de casualidades e hipérboles todo se volvía más claro.
Todos sabían que lo iban a matar menos él, puede que esa sea la frase que
defina un sinsentido que siempre acababa sin ropa. Parecíamos equilibristas en
la cuerda floja, tensándola por diversión y haciendo malabares sobre ella por
el único entretenimiento de verla romperse.
Al final se rompió, ¿Quién esperaba que no lo hiciera?
lunes, 10 de marzo de 2014
Edel
Me llamaron loco cuando creí que la vida es algo más de lo
que vemos. Revolucionario cuando dije que quizás el fin no es prosperar, sino
que prosperemos todos. Que debemos pensar en lo que generamos, no en lo que
compramos. Cuando muchos que pensaban como yo se unieron a mí, nos dijeron que
nos equivocábamos, que estábamos desviados. Generalizaron e inculcaron tan a
fuego su interpretación de una cosa tan poco interpretable como la vida, que si
no te encuadrabas en lo general, si veías que había más, estabas fuera. Nos
relegaron a apelativos que descalifican nuestra interpretación y lo que
realmente queremos vivir que nos anularon. En el fondo creo que nosotros
tenemos la mala suerte de nacer en su mundo y no en el nuestro.
domingo, 9 de marzo de 2014
Relaciones opacas.
Vivíamos de prestado, robándole los cuentos a los pequeños y
las mejores historias a Valle Inclán. Sembramos tantas flores que cuando
llegaron a florecer no conocíamos ni la mitad de ellas. Nos dábamos lo mejor de
nosotros mismos los 19 de cada mes, guardado lo peor para el resto del mes. Era
tan frenético, tan veloz, tan rápido, que cuando nos quisimos parar los frenos
ya no funcionaban. No pensábamos en el mañana porque creíamos que nunca
llegaría, era como mirar a la Luna y saber que nunca la tocaremos. Apurábamos
las mañanas en la cama y malgastábamos las tardes en el sofá. Recorríamos nuestros
cuerpos sin darnos cuenta de que los desgastábamos, que se secaban, que se iban
consumiendo como las cerillas. Cuando estábamos en las últimas, te disté cuenta
de que se acababa, de que no quedaba madera que echar en el fuego, de que la
reserva no daba para más y decidiste bajarte.
Yo me quedé buscando leña y la
gasolinera más cercana, seguía sumido en mis historias.
sábado, 8 de marzo de 2014
Sobre lo que salva a las personas.
Me pediste que te rescatará. Me sacaste de la cama a las 4
de la mañana cuando yo soñaba que te estabas marchando y ya no podía alcanzarte.
Sonó el móvil y tu voz quebrada me traslado de nuevo al sueño sumiéndome en
algo que no sabía si era real o seguía dentro de mi subconsciente. Llorando me
pedías que fuera a buscarte, me diste tu dirección y colgaste. Yo, seguía medio
dormitando y viendo como me decías adiós y no podía hacer nada. De golpe, me subió
la adrenalina y desperté, comprendiendo que era real y que procedía de mi
subconsciente. Recuerdo que me caí poniéndome los pantalones, como odio los vaqueros,
y ni me preocupe de los calcetines. Al coger el coche sentí un escalofrío y
encendí algo de alquitrán y nicotina, la primera chupada siempre es la mejor.
En menos de 10 minutos estaba en la dirección que me escupiste por teléfono y
te vi. Estabas rodeada de gente que chillaba, que se divertía, que reía de
borrachera, tu gente. Tu mantenías el silencio de los callejones y tus ojos
rebosaban lluvia, me baje del coche y cuando me viste solo moviste la mano
cuando te alejabas con el tumulto de gente sin mirar hacia atrás.
Saque el
último del paquete, se asemejaba muy bien al momento, porque todo lo bueno se acaba.
MIN
Mi incompetencia natural.
Soy un verdadero incompetente en el sentido más estricto de
la palabra. Mi círculo más cercano a veces se cuestiona la posibilidad de que
sea heredado, ya que mi padre sufre la misma incompetencia, solo que en menor
medida. Yo no soy consciente de mi tremenda incompetencia ya que como es
natural nace de mí casi automáticamente y nunca terminas de darte cuenta. Si es
cierto que se manifiesta a diario en mi comportamiento ya que como buen
incompetente que soy voy destrozando todo lo que toco y dejando a medias o mal
hecho cualquier trabajo que me propongo. De hecho mi incompetencia está
subvencionada por el Estado, ellos se dieron cuenta de que la vida de un
incompetente natural es demasiado penosa como para no necesitar la ayuda del
Estado. Pese a todo, soy feliz. No en mi trabajo obviamente, allí soy un mero
instrumento empresarial para conseguir el descuento de mi seguridad social por
parte del Estado. Dicho sea de paso, casi no género perdidas a la empresa. Me
limito a leer el periódico y a mirar lo que hacen los demás. Me tienen
prohibido tocar cualquier cosa que no sea el periódico. La última vez que toque
algo incendié el edificio y salimos en las noticias, así de dura es la vida de
un incompetente natural.
viernes, 7 de marzo de 2014
Sueño con Iraq
Cuando todos preparaban sus armas para empezar la guerra, yo
me limitaba a ver el sol nacer. Nunca entendí bien el afán de la gente del
mundo por autodestruirse, realmente no sé si se dan cuenta de que son peones
que poco le importan a los que dirigen la partida. Mueven batallones, ejércitos
y comandos aun sabiendo de antemano que la mayoría no vivirá para contarlo,
solo por poder. Personalmente nunca entendí quien ganas las guerras porque al
final los de un lado y los de otro acaban muriendo.
Por eso yo decidí no ir, no comparto la pertenencia
nacionalista a un territorio, ni mucho menos el olor a pólvora. En cambio, sí
proceso la devoción hacia ti, y por nada del mundo me perdería una vida a tu
lado.
jueves, 6 de marzo de 2014
Sobre los jueces sin toga.
Sometemos nuestros actos a juicio permanente, ya sea a
nuestros propios ojos o a los de los demás. A veces hay voluntariedad en
nuestro juicio, es decir, llega un momento en que esa reflexión sobre nuestros
propios actos se vuelve tan necesaria que se ejerce por voluntad propia. Caso
muy diferente es cuando exponemos nuestros actos al juicio ajeno, es un tema
complicado este. Personalmente estoy en contra de esta última exposición,
simplemente porque no la considero necesaria.
¿En qué momento los demás tienen la facultad de poder decirme
que me he equivocado desde su perspectiva y su contexto que no es el mío? ¿Quién
le da poder a alguien para que criminalice y judicialice tus actos?
Ante todo no caigamos en la confusión de consejo y juicio,
creo que a diferencia esta bastante claro a mis ojos. No es lo mismo que
alguien te dé su punto de vista sobre algún acto concreto, a que critique tus
actos sin otra excusa que hacerte creer que tus actos están equivocados desde
su prisma. Algo triste esto último.
En definitiva intento sembrar está, mi duda, entre los demás.
¿Necesitamos el juicio de valor de la sociedad? Sinceramente creo que no.
miércoles, 5 de marzo de 2014
De lo poco que me queda.
Teníamos mas que nos unía que lo que nos separaba. Parte de
culpa la tenían sus malditos modales, la moral de la sociedad y lo que se
proyectaba en ella. Reunía tantos atributos que a veces no cabían juntos, se
manifestaban en momentos diferentes, haciendo que un día a su lado se
convirtiera en una ruleta rusa, a veces se disparaba. Aun así merecía la pena
jugarte el disparo por ella. Era tan vertical, tan directa que a veces
sorprendía cuando se ponía horizontal y perdía lo agresivo. Puede que sea ahí
donde se mostraba como realmente era, algo demasiado delicado como para
manejarlo sin prudencia, demasiado explosivo. Como si algo a presión en
cualquier momento puede estallar. No sé si era ese estallido lo que buscaba o
el simple hecho de observar algo que yo jamás sería. El caso es que acabé
sentado mirando cómo se iba, miento, miraba como se iban sus bragas.
Lo que va y lo que viene.
Ahora que casi he llegado me he dado cuenta de que tenía
muchísimas ganas de hacerlo. De coger por fin las riendas de esto a lo que
llaman vida y plantarme. Decir no quiero formar parte de esto que han creado y
nosotros continuamos, que no me identifico con lo socialmente aceptado y que me
niego a creer en sus valores y en su moral. Pienso que existe algo más, me
resisto a ver cómo nos matamos a diario y atentamos contra lo poco bueno que
nos queda.
Lo único que puedo aprovechar de este sistema, de esta
sociedad, de esta masa tangible con costumbres y tradiciones es el alcoholismo
que me han inculcado. El deseo y el deber de beber. Quizás parezca de risa pero
parémonos a pensarlo.
martes, 4 de marzo de 2014
Las manías maniáticas.
Hoy he vuelto a salir al balcón a mirar lo último que
quedaba de nosotros. Me pareció raro, asomarme y que no estuvieras tú, gritando
desde abajo y con la sonrisa por estrenar. Mis manías de correr a abrazarte sin
los zapatos puestos y las tuyas de esconderme la cara cuando más quería mirarla.
Supongo que será un gesto involuntario, pero cuando dan las seis vuelvo a mirar
de reojo el balcón. Imagino que el tiempo matara ese gesto, como también nos
matara a nosotros, pero lo que nunca se llevara el tiempo es esa huella que
dejaste en mi camino.
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