viernes, 28 de febrero de 2014

Melodías nocturnas.

Cuando salgo y bebo, casi siempre acabo borracho, tirado en cualquier esquina y acordándome de ti. Es entonces cuando desarrollo la hipótesis de que el mundo está peleado conmigo, desde hace tiempo además, sin motivo ni razón pero se ciertamente que es así. Frecuento la desgracia sin saber porque me toca a mí y es cuando estallo en cólera. No cólera de estado de ánimo sino de esa que se te queda dentro y la llevas arrastrando días, como esos malditos catarros de entre tiempo. Recuerdo el momento en que cogiste tu lupa y la posaste sobre mí, inspeccionando cualquier surco que destacara en mi cuerpo, repasando mis imperfecciones, analizando desde la raíz hasta la punta de todos mis pelos. Dejé que me conocieras tanto que cuando ya lo sabías todo, solo tuviste que divertirte tocando las teclas adecuadas. Formabas melodías que salían de mí para únicamente complacerte a ti. Fuiste tan cruel conmigo que cualquier perro callejero tenía la dignidad por encima de mí.
Como todo en esta vida tiene un final y esto no fue menos. El final fue tu aburrimiento. Simplemente te cansaste de escuchar mis melodías, y yo, yo me quede buscando la última nota. 

Once pasos, abrir y salir.

Aguardaba el momento justo para disparar. Las balas rozaban el hormigón de la columna que lo cubría y el mismo escuchaba los chasquidos que producían contra aquella estructura que en ese momento le estaba salvando la vida. Sentía fría la culata de su nueve milímetros entre sus manos, respiraba y esperaba su oportunidad. En su cabeza resonaba su propia voz diciendo –cinco balas, doces pasos y la puerta- era exactamente lo que le preocupaba. Mantenía la tensión intentando llevar de cabeza el número de disparos que resonaban alrededor –doce, trece, catorce, quince…- esperando a llegar al veinticinco. Esa sería su única oportunidad, justo cuando cambiara el cargador tendría sus cinco balas que le cubrirían para llegar a la puerta. Después allí todo debería ser más fácil, o al menos eso creía él. Sonó el disparo número veinticinco. Desde la columna disparo su primera bala, sin moverse aún, se asomó lo más rápido que pudo y tiro sus otros tres tiros antes de llegar a la puerta. Justo cuando la alegría empezó a invadir su cuerpo por ver la puerta tan cerca, sintió como las tres balas que venían de la otra punta de la habitación rompían su cuerpo. Once pasos no fueron suficiente, pensó antes de palpar como se desinflaba, eran doce los justos. 

jueves, 27 de febrero de 2014

Lo que tengo que decir que nadie leerá.

Termino el circo del Debate del Estado de la Nación y la sensación que me deja es que todo sigue igual. Pasa otro año de gobierno del Partido Popular y las cosas no siguen igual, sino peor. Ante esto me pregunto ¿Qué más hará falta para que la gente se dé cuenta? Ya lo decían LCDM, la gente saldrá a la calle cuando cobren las perdidas, o cuando la selección gane otro mundial. Lo demás prácticamente le importa a una minoría que cada día se cansa más de remar sola en un barco que vamos todos.
No sé qué es más triste la verdad, si ver que la gente pasa a diario u observar la cara opuesta. Me encuentro a diario con gente que no sabe ni el nombre del presidente del gobierno, del que prácticamente determina la gran parte de su vida, los ilusos se ven por encima de la política, como si a ellos no les afectara para su vida diaria.
Quizás es porque nuestro sistema educativo ni se molestó en explicarles que las políticas que realiza el gobierno van limitando su campo de actuación a lo largo de su vida. Tampoco les interesa, obviamente, no vamos a formar a gente para que piensen que si no se darán cuenta de que llevamos décadas engañándolos y se nos acaba el chollo.
Y esto es como el viaje hacía la muerte, se hace tan largo que nunca se ve el final, seguimos tragándonos lo que nos echen, subidas de IVA, IBI, luz, agua, gas, gasolina, tasas universitarias, el tasazo de los medicamentos….y la mayoría, calla agacha la cabeza y sigue.
En todos los partidos políticos existe la corrupción, desde el primero hasta el último, unos con la mitad del partido y otros con un par de miembros, pero todos meten la mano y cogen lo que pueden. El poder judicial, secuestrado y pisoteado por el gobierno, la casa real se derrumba mientras los mismos partidos políticos la van apuntalando para que llegue viva al cambio generacional de Felipe, es de traca.
La oposición no existe, y aunque algunos lo intenten, de nada sirve, la mayoría regalada al PP hace que barra a los demás sin ni si quiera preguntar. Aún sigo preguntándome que hace un obrero votando al partido de su patrón, totalmente irracional, luego recuerdo los medios de comunicación y empiezo a encontrarle sentido a este sin sentido.
Pero la culpa no es solo del PP, sino que el PSOE no es el cordero de la manada, es exactamente lo mismo que el PP, otro par de neo liberales que desde Felipe González levan prostituyendo la democracia en España. Sino que recuerden la modificación de la constitución para pagar la deuda como premisa básica de los presupuestos, o que hagan memoria y piensen quien fue el que incito la compra masiva de pisos con los beneficios en la declaración de la renta, en tiempos de González o la entrada a la OTAN.
Tenemos a gran parte de la población alienada por partidos políticos, tanto que no ven más de los ojos de su secretario general, muy triste. Que no son capaces de generar crítica y de estar en desacuerdo con las líneas generales de su partidos, aunque en lo más hondo de su persona sientan que se equivocan.
Tenemos a otra parte de la población que dice orgullosa no saber de política, no entender, o directamente que no les interesa. Lo dijo el Che; “Un pueblo que no sabe leer y escribir, es un pueblo fácil de engañar”. Habría que precisar, “Un pueblo que vende la política, es un pueblo esclavizado”. La culpa de esto no es directamente de la población, que tiene gran parte de ella, pero es normal cuando se educa a las personas en la despreocupación de la política, en hacerles creer que la política es para los políticos, que es una de las cosas más complejas de este mundo y que bastante hacemos nosotros con votar cada 4 años, que más nos van a pedir… Quizás sea eso lo que más me irrita, la auto excusa de cómo es tan compleja, como la hacen tan compleja, para que interesarme si nunca me voy a enterar…dan ganas de pasarse la vida vomitando.
Luego sigue quedando la minoría que a base de mucho esfuerzo y de romperse los cuernos intenta hacer conciencia y despertar a la mayoría que sigue dormida, esa gente es digna de admiración. Gente que entrega su vida a una causa tan loable como querer vivir dignamente, con un techo donde dormir y que a su familia no le falte el plato de comida en la mesa ni el acceso a una educación digna.

Y con todo este circo, esta vergüenza diaria, tenemos que vivir. La España de pan y circo, Españistan, la España del fútbol y los toros, la del exilio en busca de trabajo, la del paro, la de la gente pasando hambre, la de los bancos expropiando, la de deuda ilegitima…..Y tengo que escuchar en la televisión que estamos saliendo de la crisis, para llorar.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Declaraciones de un histérico

No quiero, no quiero seguir siguiéndote hacía ningún lugar. Estoy harta de mezclar tus sentimientos con los míos, bebérmelos y tirarme toda la noche vomitando lágrimas. Harta de dormir sola, de mirar y que no estés, de esperar y que no aparezcas. Detesto que te diluyas y te trague el sumidero, que seas incapaz de dar un solo paso hacia delante, y que nos movamos en círculos cerrados. No puedo quedarme pasmada al ver que tiras mi vida cada mañana, que la golpeas y la abres como al huevo que dejas caer a la sartén.


Así que me voy, no sé a dónde, ni con quién, ni si quiera sé si me moveré de aquí mismo, pero sé que me voy.

lunes, 24 de febrero de 2014

Otra por favor.

Solo él sabía si en su mirada había deseo, lujuria o pura pasión. Se conocieron por accidente en la puerta del baño de aquel tugurio, ella se agacho y lo que él vio fue más que suficiente para lanzarse a una piscina que lo más posible es que estuviera vacía. Aun así, una sola mirada le basto para intuir que la piscina podía tener algo de agua y si no tenía que más daba. Al abrir la puerta se la encontró de pie y un – te estaba esperando- salió de la boca de aquella belleza. Cuando se quiso dar cuenta estaba envuelto en una locura pasional de esas que ocurren cada sábado en cualquier lugar. Al romperse el cristal del baño de los empujones se percató que sobraba entre esas cuatro paredes. Le robo lo último que le quedaba de su vaso y ni siquiera se despidió, el iluso no se dio cuenta de que le faltaba la cartera, el móvil y las llaves. La suerte siempre viene acompañada de un poco de maldad.

domingo, 23 de febrero de 2014

Café en 5 de Diciembre.

Ese café fue diferente a todos los que se había tomado, y lo supo desde el momento en que lo tenía delante. Era aparentemente como todos los anteriores, en una taza, solo, y con los dos azucarillos correspondientes. La cucharilla estaba sobre el platillo reluciente y como siempre le dió las gracias al camarero. Lo miró sin más atención y procedió a realizar el complicado ritual que mañana tras mañana aplicaba rigurosamente. Con sumo cuidado y sin tocar otra cosa que la mesa, cogió los sobres de azúcar y los abrió de izquierda a derecha, esa manía la copio de su padre, cuando los tenia abiertos los vertía con la precisión de un cirujano que opera a corazón abierto.  Después cogía con dos dedos la cucharilla y la movía sin sentido dentro de la taza, era curioso que en este momento la anarquía tomara el mando de su ritual. Cuando estaba a punto de rozar la taza se paró. Recordó que era 5 de diciembre, ese maldito 5 de diciembre que se llevó a su padre. 

viernes, 21 de febrero de 2014

Se abre el telón.

Y cuando abrí la puerta allí estaba él, sudado o mojado realmente no lo sé, creo que fuera llovía. Empezó a explicarme lo que según él había pasado, en resumen una sarta de mentiras e historias que dormirían al mismísimo lucero del alba. Mientras yo seguía apoyada en el marco de la puerta pensando en que vi en el para enamorarme seis años atrás. Ahora no le encontraba nada que me llamara, ya ni me gustaba su cara, ni siquiera sus labios, adoraba esa curva que le hacían diferente. Su diferencia se convirtió poco a poco en normalidad más absoluta pero allí seguía yo, admirando la bajeza del ser humano. Cuando acabo su historia estuve a punto de bostezar pero por respeto me contuve.

-          ¿Has acabado?
-          Sí. Estoy esperando a que digas algo
-          Adiós. –y cerró la puerta-


Instintivamente miro por la mirilla y vio cómo se quedó impasible ante la puerta y comenzó a llorar. Quizás era el mejor papel que había interpretado en su vida y seguro que llevaba colirio en los bolsillos, jamás lo había visto llorar. Dejo la mirilla y avanzo hacía la cocina a servirse un café, mientras caminaba sonó un disparo. Realmente no era tan buen actor. 

Humo y más que humo.

Hace poco descubrí una luz un tanto extraña. Me encontraba con ella esporádicamente y en lugares diferentes. No entendía porque me interesaba, realmente no existe una explicación para esas cosas. Llegue a obsesionarme un poco con su brillo, a ratos me parecía algo especial y otras veces era como el de una farola, es decir, de lo más común.  Lo comente con mis amigos y la mayoría coincidía en que estaba un algo trastornado, realmente yo también pensaba lo mismo. En principio lo achaque a que dormía poco y eran una especie de alucinaciones por la falta de sueño, luego le eche la culpa a mi vista, fijo que eran algunas dioptrías y necesitaba gafas y por ultimo acabe diciendo que tenía algún trastorno psicológico. En mis ratos de libro y pitillo me aventure a sacar mi propia hipótesis sobre el esa luz. Quizás el descubrimiento no fue más que un reflejo de mí mismo, es decir, veía lo que quería ver. También averigüé que esa luz se parecía un poco a lo que yo deseaba ser, normalmente común y especialmente especial, algo que apareciese y reapareciese, luz.

miércoles, 19 de febrero de 2014

La historia de Niela.

Intento dedicarle al día quince minutos a no pensar en ti. Es el primer paso que me dio mi psicólogo. La aceptación de que en esos quince minutos no existes para mi es algo tranquilizador. Dice que es una de esas técnicas que te ayuda a afrontar la realidad. Yo no estoy muy convencido respecto a eso pero él insiste en que es lo correcto, lo políticamente correcto. La realidad es que en esos quince míseros minuto que me exijo en asumir que ya no estas lo paso verdaderamente mal. No porque no pueda vivir sin ti, lo hago a diario, sino porque no puedo terminar de asimilarlo del todo.
Pasar de una vida a otra como de una casilla de la oca a otra nunca se me ha dado bien, tengo que admitirlo. Los cambios bruscos siempre me han trastornado tanto que el periodo de aceptación que tiene que transcurrir es demasiado largo, tanto que puedo tardar una vida. A priori eso es un defecto, otros de los tantos y variados que poseo, pero para mí es una especie de virtud. Él porque es fácil, idealizo lo que perdí. Al hacerlo lo valoro y mis decisiones se vuelven tan cuestionables como cuando las tome.
Acostumbro a no arrepentirme de mis actos ya que veo que con el arrepentimiento personal no saco nada de provecho. Solo malestar, pena y una especie de asco hacia mí que me resulta demasiado pesado como para arrastrarlo. Eso no quiere decir que aunque sea consecuente con ellos y los acepte no me plantee a posteriori que me equivoque y pida perdón por ello aunque eso de poco valga.
A esos 15 minutos que no te dedico tengo que sumar las seis o siete horas que duermo, que tampoco son tuyas, mas tres o cuatro horas que dedico a mi exclusivamente, donde tú no apareces por mi cabeza. A todo esto también debo añadirle unas 8 que las ocupo en vivir el día. Con lo cual si las cuentas no me fallan he aprendido a dedicarte solo horas y cuarenta y cinco minutos.

Mi psicólogo dice que debo ir aumentando esos quince minutos progresivamente hasta llegar a esas dos horas y cuarenta y cinco minutos. Yo le digo que está un poco más loco que yo. Él me dice que el tiempo hace milagros. 

domingo, 16 de febrero de 2014

Un tipo cualquiera.

Suelo comenzar el día mirando por la ventana, no porque espere ver el tiempo o porque me relaje sino porque lo necesito. Necesito una prueba cada mañana que me demuestre que sigo vivo y esa es la única que encontré disponible. Luego cuando compruebo que estoy vivo paso a observar que no me falte nada, y para es necesito un espejo, así me quito mi tercera manía de paso, mirarme a los ojos. Una vez que tengo completada mis tres grandes preguntas de cada mañana paso a desayunar. Soy sencillo, solo necesito café, tostadas, zumo, algo de dulce, galletas y un buen trozo de fruta. Como veis nada del otro mundo. Luego ojeo el periódico y por ultimo me visto.

Eso es el comienzo de cada uno de mis días, lo que hago luego prefiero no especificarlo, aunque si diré que básicamente soy terrorista. Mi trabajo consiste en ir en contra de lo preestablecido, por eso ellos, me llaman terrorista. 

lunes, 10 de febrero de 2014

Lunes de resaca.

Ahora que me doy cuenta de que me diluyo poco a poco en la vorágine de sucesos que parecen agua correr. Precisamente ahora soy consciente de que no somos más que levedad. Que lo que significamos cada uno tiene un universo no más grande del tuyo propio. Me asombro de encontrarme compartiendo mi vida entre una sociedad que ni se percata de cada uno de sus integrantes. Me veo en el espejo donde al otro lado existe lo contrario a la realidad que tengo en mis manos. Allí la masa social gobierna una sociedad donde no existen los pobres porque no clasifican a las personas por el dinero de sus bolsillos. El Estado como ellos lo llaman garantiza efectivamente los derechos de todos los seres humanos, sin discriminar etnia, raza, o creencia. Lo llaman supra democracia porque la democracia a secas se les murió.


Un momento, ya ha vuelto a sonar el maldito despertador.

domingo, 9 de febrero de 2014

Romper

Sigo fumándome el último antes de dormir, sigo levantándome tarde, sigo andando sin sentido, sigo abriendo puertas que cierro, sigo creciendo en medio de la nada, sigo atragantándome con las palabras que no digo, sigo con ellos, sigo creyendo que esto cambiara, sigo soñando con pesadillas, sigo viendo la luz al final del túnel, sigo con fotos que no puedo ver, sigo al fin y al cabo.

Ese pude que sea el problema, que a veces no se puede seguir.

sábado, 8 de febrero de 2014

Sábados de autocrítica.

La mayoría no lo entiende, de hecho, a veces no lo entiendo ni yo mismo. Nadie se explica el porqué de esa ruleta rusa continua y casi todos me criminalizan en medio de una nube de críticas y de gritos en el cielo. Me llaman soluble porque no soy determinante con mis actos y me recriminan la firmeza de aquel que persigue algo que quiere y sabe que lo conseguirá. Me recriminan mis dudas y mis preguntas al vacío, mientras ellos saben la verdad.
Pero realmente que puedo hacer yo, que la fuerza de me va por la boca y las piernas me tiemblan cuando me tengo que enfrentar a lo que me da miedo. Soy soluble es cierto, veo un mínimo escollo y no pienso en saltarlo y seguir sino en cambiar de camino. Me paso la vida rodeando a los problemas en vez de afrontarlos. Si es cierto que no soy una flecha camino a mi objetivo y también lo es que la mayoría de mis escollos los puse yo en mi camino.


Existen diferentes tipos de dificultades, las que aparecen solas, las que aparecen debido a algo y la que tú mismo fábricas.
Yo soy de las últimas. 

miércoles, 5 de febrero de 2014

Sobre la verdad y la maquina del tiempo.

¿Y ahora, como le digo a mi cama que jamás volverás a ella?, ¿Cómo le explico a las paredes que notaran tu calor nunca? Con todas esas preguntas en mi cabeza volví a casa. Seguro de que si me volvía arruinaría tu vida y seria para ti la carga más pesada que encontraras. La verdad es algo que luce cuando sale y duele cuando te la callas. Personalmente he decidido callarme mi verdad y esconderla en lo más hondo de mí. No quiero derribar dos veces la misma pared, quizás es demasiado perjudicial, y el pensar en levantarla solo ronda mi cabeza.

Eso pensaba él, iluso del destino, cabizbajo andando por la calle, decidiendo que su futuro no estaba en sus manos.

martes, 4 de febrero de 2014

Razón

A veces me suelo imaginar cómo seguiría todo contigo. Te echo de menos, desde que te fuiste lo hice, y lo que más me dolió fue no poder darte un abrazo. Un simple adiós, nos vemos, fue lo último que te dije y ni si quiera mire atrás cuando cerraste la puerta. Lo lamento tanto, el no mirarte por última vez, que asimilo que perdí la oportunidad y ya no volverá. Al menos me quedan los mil recuerdos juntos y pensarte cuando nadie me ve. Al menos me quedan ellos que hacen que todo sea más fácil y por supuesto, me quedas tú.

No sé cuándo nos veremos, ni quiero saberlo, pero sí sé que lo haremos. 
Espérame, porque te aseguro que llegare.  

lunes, 3 de febrero de 2014

Pensando en osos.

Me limitare a estar callado, a no decir nada más de lo necesario. No quiero que sientas que te peso cuando no debo y mucho menos que me cargas sin yo quererlo. Simplemente me voy a limitar a seguir igual que todos, igual que el mundo. Una vez oí que si te enfrentas con un oso tienes dos opciones, correr o luchar, si te quedas quieto el oso te destroza. Así que yo voy a correr, a correr tanto como que cuando mire atrás no haya nada, ni el mañana.

sábado, 1 de febrero de 2014

Correr siempre es la solución.

Han visto alguna vez ese movimiento de cabeza que hacen algunos hombres cuando pasa una mujer realmente espectacular. Inclinan la cabeza hacia el lado y se hace el silencio. Eso mismo hice yo cuando vi su culo.
El silencio se me hizo realidad cuando vi su cara.
Si tuviera que describirla con dos palabras no podría.
Así que ante la punzada que me dio el pecho lo único que pude hacer es correr, correr detrás de ella. Al pararla no sabía muy bien que decir, de hecho no dije nada, salió de mi boca una H y una A sueltas sin nada más. Su risa me tranquilizo y puede completar el hola.

Después de eso me encontré con una cerveza y ella delante. Hablamos toda la tarde y acabé enamorado. Quien me diría a mí que un día podía dar tanto de sí.