Hoy, ayer, reviento. Ahora estamos en
otra escena donde las reglas han cambiado y lo que importaba antes
carece de sentido. Hemos cambiado el donde por el cuando, el estilo
por lo practico, el glamours por la comodidad. Nos encendemos,
bullimos y nos ensimismamos. Vivir del recuerdo parece insuficiente
cuando se vive tan rápido. Nos apartamos y pasamos.
martes, 26 de mayo de 2015
domingo, 17 de mayo de 2015
Principios Perennes
Estamos fuera, lejos de donde se nos
ve, cerca de nosotros, cerca de los núcleos. Todo pasa tan rápido,
todo sin risas, todos es cristal contra cristal. Vivimos fuera,
tirando los minutos a la basura porque nos sobran horas por malgastar.
Destripamos los conceptos y les damos la vuelta. El limite no es
cielo sino el suelo. Me visto y recojo lo que me queda de ganas, de
dinero, de gas en el mechero. Salgo, piso y me vuelvo. Volvemos a
estar fuera.
jueves, 14 de mayo de 2015
Ayer salio.
Ocultarse detrás de los adjetivos
calificativos se antoja irreal a la par que sin sustancia.
Despertarse entre desconocidos, moverse como si todo importase una
mierda o aparentar que ríes de felicidad cuando la verdad es que vas
tan borracho que cualquier desgracia te haría gracia. Imitar,
mimetizar, mecanismo del espejo, que hable ella que yo contesto,
camarero otro ron con hielo. Qué cojones esta pasando, qué nos
desintegramos o nos derretimos. Sentarse a esperar o esperar sentado,
mismo problema misma solución, tu conmigo o yo contigo. Se mueven
los objetos o es que el que no se esta quieto soy yo, me piro al bar
a reflexionar.
martes, 12 de mayo de 2015
Presión en cabina.
Yo me imagino cruzar el paso de cebra y
caerme en lo gris, saltar de blanco en blanco por supervivencia. Me
siento observado por los colores de los semáforos, por las señales
de tráfico y los intermitentes. Corro entre el carbono buscando una
salida coherente a las rotondas, intentando encontrar la intersección
que llegue a la meta. Me mareo y vomito, se me acerca el barrendero a
decirme que por qué cojones estoy dándole trabajo, que me busque un
puto servicio y deje de dar por saco. Intento encontrarme bien y me
voy al bar. Pido una, dos, tres, cuatro copas y a la quinta pido sos,
lanzo la bengala pero no tengo respuesta. Juego a llegar a casa, a no
hundirme en el océano de calles intercaladas, avenidas, paseos y
callejones sin salida. Se para un coche y me pide fuego, se lo cambio
por un cigarro y continuo mi peregrinación a tierra santa, a mi
santa cama. Hago de ladrón delante de la puerta hasta que recuerdo
que tengo la combinación, la llave en el pantalón y la vergüenza
al final de las escaleras. Me frustro, voy a encender el cigarro pero
no tengo fuego, me ofusco, recuerdo que dentro tengo fuego. Cierro
los ojos y todo se queda quieto, bingo.
Sale el perro al instante, ladra y todo
se mueve. Minuto cero, la luz se esconde y el interruptor se hace
diminuto en la pared. Me siento un ciego leyendo en braille, palpando
como las paredes sudan y el puto perro no se calla. El vecino pega
por el tabique blasfemando una calma inexistente como si el fuese el
único que madruga del bloque. Se hace la luz, el perro se ha meado
de la felicidad y me entran ganas de volver a potar. No llego al
servicio, me pierdo en un laberinto que una vez conocí, el vecino
abre la puerta y yo no llego a cerrarla. Minuto cinco, estado
lamentable, doy pena y risa en similares proporciones. Ojos que se
clavan en los míos, se escuchan mil puertas abrirse, mil carcajadas.
Qué es lunes cohones dice el sevillano del cuarto, Calla al puto
perro salta la vieja amargada del primero, Qué alguien acueste al
borracho de mierda ese por dios vocifera el del segundo y a mi se me
ocurre pedirle fuego al vecino.
viernes, 8 de mayo de 2015
Desconexión.
Quizás el problema sea que no sabemos
a donde vamos, que hubo un cambio tan rápido que perdimos la brújula
y con ella todo el sentido de la orientación. Asumí el progreso
social como interior, renovarse o morir, crecer o estancarse, subir o
bajar. Te obligaron a entrar en la espiral del ya, del ahora, de cada
minuto alguien dice algo, de actualizarte en segundos, sistemas que
son tan punteros que solo entiendes el significado del anterior
cuando sacan el nuevo. Lo viejo no vale, no sirve, si tengo el 3
quiero el 4, se rompa o no. El cambio generacional ha sido tan
abismal que no podemos asimilarlo porque mirar hacía atrás
significa caerse por no subir el escalón que llega.
Usar y tirar, la reparación no cabe en
nuestro vocabulario, no tiene sentido para nosotros. La libertad se
prostituye a diario y pronto será regulada. Si pierdes el hilo,
estas perdido.
jueves, 7 de mayo de 2015
Mañanas de genocidio.
¿A qué sabe el humo en tu boca cuando
viene de la mía? ¿Cuando sé que desaparece? ¿Por qué septiembre
siempre se queda vacío? ¿Qué cojones nos pasa en la espalda?
¿Acaso siempre vamos agachados?
Mil preguntas que se amontonan
esperando a que llegue su turno, sacando numero en las ventanillas,
haciendo cola ante el mostrador, matando el tiempo mirándose unas a
otras, angustiadas a la espera de que salga su número en el cartel,
pensando qué decir. No se mueve ni un alma en el pesado ir y venir
de cuerpos por los pasillos, en el cansino movimiento de pies sobre
el parque, en las paradas entre despachos, con cuestiones llenas de
nada que se vacían en el contenedor. Alguien tose, otro silba, a uno
se le cae el boleto al suelo, a otro le sale papiroflexia de las
manos y solo yo me cuestiono el caos que presencio. El absurdo de una
sociedad que se mueve por papeles y números, por tantos por cientos.
Una escena de oficina cualquiera, de cualquier momento caótico.
Corre un dígito del panel y todos agachan la cabeza, solo uno ha
tenido suerte.
lunes, 4 de mayo de 2015
Pretty Lights
Ahora que hemos aprendido a sentarnos
en los precipicios y a debatir sobre la nada, no encontramos
conversación que nos saque del bucle, no tenemos nexo que nos una a
la vida, ni que tampoco no separe. Quedamos colgados en mitad de
ningún sitio, nos perdimos donde la gente se encuentra y tenemos
miedo a caernos en las esquinas.
Ahora no nos sobran las excusas porque
están vacías y rodeadas de silencio. Ya no nos persigue la policía,
no nos roban los ladrones, tampoco aparecen las venganzas para
desayunar y los reproches se secaron en el jarrón. El dolor nos dio
otra oportunidad y pusimos el mute a los pasos de cebra.
Ahora que hemos apagado la luz es
cuando más vemos, cuando todo brilla a nuestro alrededor.
Lo curioso del ahora, es que ya paso.
domingo, 3 de mayo de 2015
Sobre las paredes.
La verdad parece esconderse detrás de
cualquier parapeto lo bastante grande como para ocultarla. A diario
pasamos a su lado y no nos percatamos de que se encuentra ahí,
desayunando café y tostadas mientra lee el periódico. Nos empeñamos
en buscarla en los lugares más complicados, como si fuese una suerte
de formula matemática que no estuviera al alcanza de simples
mortales. La elevamos a la categoría de verdad original, de cátedra
incontestable, de camino que solo tiene un sentido. Algunos la
compran en papel, otros la consumen en formato digital. Todos tienen
la suya pero ninguna es intercambiable.
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