Prometo no volver hacerme pajas
pensando en ti. Intentar sacar el recuerdo de tus labios recorriendo
mi cuello y entregar a tiempo mis condolencias a tus padres. Pausar
la música en el momento justo sin llegar a cometer esos excesos que
tanto te enfadaban o no lanzar al aire los pensamientos que no
entendías y turbaban tu gesto angelical. Dedicar las horas muertas a
olvidarte, no a pensarte. Entregarme sin compasión al hielo con ron
en bares de mala muerte donde se matan las penas a diario y se
soluciona el mundo todas las tardes. No mirar a la ventana esperando
que aparezcas desprevenida, tirar mi cariño a la basura o
regalárselo al primero que me encuentre por la calle. Prometo no
volver a prometer.
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