A veces tengo la sensación de no ser
tu primera opción, de haber llegado el último al sorteo y que
cantaran mi número. La costumbre de que los rebotes del pinball te
dejen en el lugar idóneo para el accidente y por un momento vivir en
el show de truman. Todo parece tan accidental que lógica se queda
sin dinero y se juega la última ficha al cero. Vivo en un circo que
no tuvo un principio definido y el fin se antoja rocambolesco. Los
milagros solo suceden por televisión y yo me siento ante ella para
que me salpique algo. El plan del desastre, el camino a ninguna
parte, la vida de infarto, los cortocircuitos, el nudo deshecho y las
barras de bares vacios.
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