sábado, 6 de mayo de 2017

Tube

Los cortes se hacen cada día más evidente en el espacio tiempo. La vida se apaga y se vuelve a encender a golpe de reinicio forzado. La abstracción acaba tan rápido como empezó. La actividad cerebral crece a un ritmo alterado y todo comienza a ocurrir demasiado deprisa. Los segundos se hacen actos y estos momentos, escenas que se quedan en pause permanente. El raciocinio queda anulado, en fuera de juego, de suplente o no convocado. Las primeras veces se nota el malestar extraño, ese que aparece cuando menos te lo esperas. Luego la excepcionalidad se hace costumbre monotonía. 

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